Apoyar a las personas en su proceso de sanación es mi verdadera vocación. Eso significa que una verdadera vocación es una carrera o un estilo de vida que una persona se siente obligada o destinada a hacer, y yo me realizo al utilizar mi experiencia de vida, educación y capacitación para contribuir a la curación y transformación de los demás.
Soy un ser humano mexicano-canadiense impactada por varios tipos de trauma. Soy hija de afro-mexicanos descendientes de esclavos y de judíos de Europa del Este, cuyas familias perecieron durante el Holocausto. Mi historia personal informa mi profunda comprensión de las interconexiones entre género, etnicidad, violencia social y política, experiencia traumática en el desarrollo infantil, e influye profundamente en la forma en que apoyo a otros en su curación.
Las tres principales modalidades psicoterapéuticas que utilizo en mi práctica son: Terapia de las Artes Expresivas (EXAT), Experiencia Somática o Somatic Experiencing® - en inglés (SE) y Teoría del Apego. Al integrar estos métodos, mis clientes experimentan nuestro trabajo como un proceso poderoso pero a la vez gentil en el cual les resulta más fácil participar en exploraciones profundas.
Una parte importante de mi práctica clínica trabaja con el trauma del desarrollo infantil, el apego y el trauma transgeneracional.
He tenido el privilegio de trabajar y vivir en comunidades de Primeras Naciones en Canadá y México. Estas experiencias me permitieron ser testigo de la resiliencia y la sabiduría de aquellas comunidades que han sobrevivido al trauma transgeneracional e intergeneracional.
En mi práctica me esfuerzo por crear un entorno seguro y sin prejuicios donde podamos integrar la profunda sabiduría del cuerpo, el espíritu y la mente, de una manera culturalmente apropiada.
Exploremos junt@s las infinitas posibilidades caminando hacia una vida que valga la pena vivir.
Nuestra tendencia natural e inherente como seres vivos es avanzar hacia la salud. Creo que los recursos para hacerlo residen dentro de cada uno de nosotros.
A lo largo de la historia, humanos de todo el planeta han recurrido a la poderosa fuerza curativa contenida en el acto creativo. La Terapia de las Artes Expresivas recupera ese poder.
La presencia amorosa en el espacio terapéutico (como en la vida en general) puede ser transformadora y reparadora. Es no violenta, respetuosa, no jerárquica y nutre la conexión humana como una forma de apoyar la curación.
Creo en desmantelar las injusticias históricas y destinar recursos a las comunidades que sufren opresión, con el objetivo de establecer una sociedad más justa e igualitaria. El acceso a servicios de salud mental debería ser accesible para todos.